JUÁN EL PREGUNTÓN 2

JUAN DE VISITA OTRA VEZ

Estaba mateando en la puerta de casa, cuando veo pasar a Juan, mi amigo, “el preguntón”.

- Qué hacés, che? Cómo anda eso? -Así es él, siempre preguntando… 

- Bien, Juan. -Le contesté, mientras le ofrecía un mate. -El otro día me dejaste pensando.

- Ah, sí. Me tuve que ir de raje. El laburo es así. Hablábamos de los panfletos, no?

- Sí. Me dejaste pensando con todas tus preguntas.

- Sí; yo también me quedé pensando. Y decime una cosa. La gente, qué dice?

- Y…, hay de todo, como te podrás imaginar. Muchos, yo diría la gran parte del pueblo, piensan que lo que pasa está mal, pero el miedo los paraliza.

- Ahá. Y la otra parte? -preguntó, mientras me devolvía el mate.

- Algunos, como nosotros, también sienten que hay motivos para sentir miedo, pero lo enfrentamos. Y he escuchado a otros que, lamentablemente, de buena fe, opinan que aquellos que son agraviados, de alguna manera, “se lo buscaron”.

-Que se lo buscaron? Y vos, qué decís?

-Y… qué querés que te diga? Cuando era muy chico fui a Catecismo, y ahí me contaron que Jesús murió por nosotros. Después fui al Secundario, y me hablaron de Dorrego, Moreno, y tantos otros que dieron hasta su vida por la Patria. Después fui leyendo por mi cuenta, y aparecieron tipos como  “el Che”, el padre Mujica, Monseñor Romero, Angelelli; luego Ghandi, Luther King, en fin, decenas de ejemplos donde te enseñan que el compromiso tiene sus riesgos. Tantos, que en los casos extremos, mucha gente llegó al límite de dar la vida. Y ahora escucho que “si te panfletean es porque te lo buscás; mejor quedate en el molde”. Me suena al “algo habrán hecho” de hace unas décadas. Yo entiendo que si no usás las tablas de multiplicar, te las olvides. Pero 3 por 4 sigue siendo 12 aunque no te acuerdes. Lo que me pregunto es por qué, para algunos, los ejemplos ya dejan de serlo cuando te hacés adulto.

-Che! me frenó al toque, que las preguntas las hago yo. Y decime: encontraste alguna respuesta?

-Algunos dicen que eso es madurar.

-Y vos qué decís?

-Que debo ser un inmaduro, -le dije, mientras le ofrecía otro mate.

-Y cómo estuvo lo de la marcha el otro día?

-Muy lindo, gracias Dios. Marchamos desde la punta de la Avenida hasta la plaza. Con una bandera argentina que decía “DECÍ BASTA”, y pancartas con los 23 panfletos, ampliados, que aparecieron desde que empezaron con esta metodología de “comunicados anónimos”.

- Pará, me dijo. VEINTITRÉS, me decís? VEINTITRÉS???????, remarcando cada letra.

- Sí, Juan. Veintitrés.

Se mordió los labios, cerró los ojos, movió la cabeza como diciendo “no lo puedo creer”. Suspiró, se sonrió, me dio el mate y  continuó. Preguntando, claro: “y cuando llegaron a la Plaza, que hicieron?”

-Pusimos las pancartas con los panfletos ordenados cronológicamente a cada lado de la bandera. Con los panfletos que tiraron las últimas semanas hicimos palomas, como símbolo de paz. La idea era reconvertir el odio en amor, la violencia en paz, la mentira anónima en realidad con nombre propio.

-Ah, o sea que no fue “una marchita” y nada más?

-No. Después la gente tuvo oportunidad de expresar lo qué sentía, dejando un mensaje escrito en la bandera. Y todo con muy buenos temas de fondo.

-Mirá de lo que me perdí por no vivir acá!!! Mucha gente?

- Nos acompañó mucha gente. Del pueblo y de los barrios. Gente de la Iglesia, y gente que no es de la Iglesia. La verdad, fue una tarde inolvidable.

- Y esto, cómo sigue?-preguntó.

- Depende…

- Depende de qué?

- De qué no.  De QUIÉN

- De quién, entonces?

- DE TODOS, HERMANO. DEPENDE DE TODOS.